21 de Diciembre de 2002

1er Vuelo desde las ruinas de ¨La Ciudacita¨

Volar desde Ciudacita (4400 m) a Alpachiri (800) – 22 km en 45 minutos… Una experiencia unica, recomendable a todos y en especial a aquellos que alguna vez subieron y bajaron caminando … Pilotos: M. Miguel, Pablo Scarafía (S.Fe), Luis Alvarez (Bs.As) y M. Serra …

Comentario de Mauricio Miguel

Todo comenzó el 18 cuando partimos de Tucumán hacia hacia La Estancia del Tesoro, Valle del Yocavil, provincia de Catamarca (2.500 msnm), previa merienda y cabrito al horno de barro, nos fuimos a dormir.
El día 19 nos levantamos ya un poco mas aclimatados a la altura, y sabiendo que nos enfrentábamos  a la jornada mas dura comenzamos la caminata, hicimos campamento en Las Pirquitas (4.200 msnm).
El 20 amanecimos cubiertos de escarcha y continuamos la caminata, nuestro guía, Javier López logró ese día llevar mas junto al grupo, no se si les comenté antes, pero a esta expedición no solo la componíamos voladores, venían 25 personas mas (en esta jornada atravesamos el paso del Inca de 4950 msnm.
Llegamos al campamento a las 18:30, mientras los chicos armaban las carpas me fuí a conocer las ruinas y a buscar el lugar de despegue del día siguiente, cuando las vi quedé impactado, son realmente imponentes y mas si uno se pone a pensar todo lo que significaban para la cultura Incaica.
A todo esto estaba todo despejado y por debajo teníamos un colchón de nubes a los 3.000 msnm que no nos permitía ver nada, pero desde el sur venía limpiando, por lo tanto a eso de las 22:00 ya teníamos la postal nocturna de todos los pueblos y la ciudad de Tucumán, y el cielo era un verdadero show de estrellas (como dice mi amigo Pablo Quiroga), con una invitada especial que era la luna llena.
Esa noche practicamente, no pude dormir de la ansiedad y también de los ronquidos de mis compañeros de carpa.
El 21 nos despertamos a las 5:00, desayunamos, preparamos todo y fuimos hacia el Recinto Ceremonial, en el camino nos dimos con la desagradable sorpresa que la capa de nubes, aunque mas corta en el sentido E – W ( unos 30 kms), se había vuelto a formar.
El Solsticio se dio a las 6:25 asomando por el horizonte y entrando por el centro de la puerta, un espectáculo inolvidable.
Luego de los comentarios y de las fotos nos dirigimos  al 1er lugar elegido, el mismo era en el  recinto , allí pudimos ver que la capa de nubes seguía firme y comenzamos a debatir, a la vez entramos en contacto con el equipo de rescate que había partido a las 5:00 hs de Tucumán y ya estaba a esa hora en el aterrizaje, sin ellos hubiese sido imposible realizar el vuelo, pues nos dieron una idea del techo y al nosotros analizar cuan bajo  se encontraban, pudimos deducir el espesor aproximado de la misma y de común acuerdo decidimos realizar el vuelo, aclaro que todos teníamos GPS (este era parte del equipo exigido en esta expedición), pedí permiso para despegar primero (gracias muchachos), hice dos intentos, en el primero corté un suspente del freno y en el otro rompí la costura que une otros dos de la misma parte, por lo que decidimos cambiar de lugar, pues allí había muchas piedras filosas.
Desde el segundo lugar (Los Corrales), luego de dos intentos, despegué (9:00 hs), volé unos 30′ sobre un mar de nubes,entré en ellas y estuve menos de 1 minuto, fui afortunado (mis compañeros estuvieron mas de 5′), luego de atravesar las mismas (que maravilla el GPS), seguí rumbo al aterrizaje, para completar así un planeo de casi 50′ y de haber volado un desnivel de 3.600 mts., aterrizando en Los Pinos (800 msnm).
A Dios gracias, la efectividad se dió al 100%, pudimos despegar los 4 y no hubo ningún incidente.

GRACIAS:
A los que creyeron en esta aventura a pesar de lo que se comentaba de ella.
• Al equipo de rescate, Sergio Bujazha, Mario Maldonado, Maxi Paolini, Luis Antonio y Pascal (Piloto Suizo), reitero que por las condiciones climáticas de ese día, el vuelo hubiese sido imposible o irresponsable, sin ellos.
• A todos los que formaron parte de la expedición y nos apoyaron, para luego seguir con las tres jornadas de caminata que les faltaba para llegar donde nosotros aterrizamos, en especial a Javier López, guía de montaña.
• Al profesor Orlando Bravo, Padre de La Ciudacita, uno de los mas entusiasmados con la idea de esta  expedición.
• Y a ellos, Los Incas, que desde algún lugar nos miraban, tal vez con una sana envidia, dándonos fuerza para que volemos desde su casa.

Un fuerte abrazo y bienvenidos a La Ciudacita 2.003.

 

 

Autor: MS